Hoy os voy a invitar a unas croquetas de bacalao. Se trata de una receta clásica y muy tradicional en Semana Santa. Se suelen preparar junto con el potaje de garbanzos, el  bacalao con tomate, las torrijas, la leche frita, los panquemaos o tortas de nueces y pasas…. platos que desde siempre se han comido en mi casa en estas fechas.

Dentro del mundo  de las croquetas, creo que las de bacalao resultan de las más difíciles de hacer. Resulta raro encontrar unas croquetas sabrosas y muy jugosas. Unas incorporan demasiada patata, otras demasiado bacalao…. pero la receta que hoy os relato, os aseguro que no os va a defraudar. Esta receta es de la abuela Antonia, la abuela de mi marido. Ella se la transmitió a mi suegra y ella lleva muchísimos años haciéndolas para toda la familia.

Este año me he decidido a hacerlas y se han convertido en una de mis recetas imprescindibles. No os diré que se hacen en un momento porque no es así, llevan bastante trabajo, pero merece la pena. Además, podéis hacer mucha cantidad de croquetas y congelar la masa. Con las cantidades que os voy a indicar podréis invitar a toda la familia o reservar parte de la masa en el congelador, aunque siempre tenéis la opción de reducir la cantidad.

Ingredientes:

Para la masa de las croquetas:

• 1 kg. de bacalao en salazón.
• 1.700 kg de patatas peladas y limpias.
• 1 cebolla mediana.
• 300 gr. de tomate triturado de bote.
• 2 cucharaditas de azúcar.
• Una pizca de sal.
• 6 ajos picados.
• Perejil picado.
• 6 yemas de huevo.
• 30 gr. de piñones.
• Una cucharadita de pimentón de la Vera.

Para rebozar:

• 6 claras de huevo.

Para freir:

• Aceite de oliva virgen extra.

Preparación:

Lo primero de todo es desalar el bacalao. Lavaremos el bacalao y  lo frotaremos con los dedos para eliminar la sal. Lo colocaremos en un recipiente con agua fría y lo conservaremos en la nevera. Deberemos cambiar el agua unas 3 veces en 24 horas, sé que habrá gente que os dirá que hay que tenerlo 36 horas o incluso más. Yo lo he tenido 24 horas y no ha quedado salado, eso sí no añadí sal ni a la patata ni a ningún ingrediente. Una vez esté desalado, lo reservaremos.

Mientras tanto, en una sartén habremos sofrito la cebolla picada. Una vez pochada, añadiremos la cucharadita de pimentón, apartaremos del fuego para que no se nos queme y removeremos. Verteremos el tomate triturado, 2 cucharaditas de azúcar, una pizca de sal y freiremos el tomate. Reservaremos.

Mientras tanto, en una cazuela con agua, pondremos a hervir las patatas limpias y troceadas. Cuando falten unos 5 minutos para que las patatas estén cocidas, añadiremos en bacalao. Transcurridos esos 5 minutos, escurriremos las patatas y el bacalao. Eliminaremos las espinas y la piel del bacalao e iremos chafando en un plato con un tenedor unas pocas patatas y un poco de bacalao y ésto lo pasaremos al mortero donde terminaremos de chafar. Y así hasta terminar con toda la patata y el bacalao. Es una tarea un poco costosa, no perdáis la paciencia!

Separaremos las claras de las yemas de los huevos y reservaremos.

En un bol grande mezclaremos el bacalao, las patatas, los piñones, las yemas de los huevos, el sofrito de cebolla y tomate, los ajitos troceados y el perejil. Una vez se hayan mezclado bien todos los ingredientes, introduciremos la mezcla en el frigorífico durante unas horas.

Transcurridas unas horas, formaremos las croquetas con la ayuda de 2 cucharas y rebozaremos por las claras de huevo.

Ahora tan sólo nos queda freirlas en abundante aceite de oliva bien caliente.

Os encantarán!